Ceviche


Costa Rica 5644
Tel: 4776-7374
Horario: lunes a sábados en la noche

LA COCINA PERUANA NO DETIENE SU DESEMBARCO EN LA CIUDAD Y CADA VEZ SON MÁS LOS RESTAURANTES, EMPEZANDO POR SU NOMBRE, ESTA PROPUESTA TIENE TODO PARA SER UN GRAN REFERENTE.


Cuando al frente de un restaurante se encuentra un empresario como Jorge Szwar-cberg (Dashi), la seriedad del proyecto está asegurada. Este emprendimiento nació el año pasado, pero el dueño de casa no se quedó quieto hasta encontrarle el punto indicado. Pasaron cocineros y cambios de carta, pero hoy ya se puede decir que Ceviche se está afianzando.

Es que Jorge vivió veinte años en Perú y sabía lo que quería: darle a Buenos Aires un espacio de cocina peruana de altísimo nivel.
El local mantiene un living y una barra decorada con telas autóctonas, para ir entrando en clima, donde se puede pedir un pisco sour (esté atento a las novedades, porque prometen degustaciones de pisco). El gran salón con los colores peruanos permite ver -a lo largo- la cocina, y culmina en una gran terraza (apta para fumadores) con mesas, que tiene como fondo un jardín de hierbas aromáticas. En las paredes, Bertha, dueña de casa, aporta su arte. Así y todo, la sorpresa está en los fuegos, ahora a cargo de Marco Espinoza -chef que manejó la cocina de la Embajada de Perú durante muchos años y la de su restaurante Moche-, quien expresa los sabores de su tierra en cada plato, con la sensibilidad que requiere esta gastronomía, mezcla de culturas, para los que utiliza ingredientes autóctonos. ¿Con qué empezar? Lo mejor es hacerle honor al nombre de la casa y pedir alguno de los ceviches de la carta, preparados con lo mejor del mar, hechos cómo se debe: en el momento y a la vista.

Está Su majestad, de lenguado y leche de tigre, con batata dulzona para equilibrar y choclo: el "especial de la casa" lleva cubos de salmón, ajíes, jengibre, leche de coco y miel de maracuyá; y una novedad: hay ceviche a la piedra: colas de langostino y mero temperado sobre piedras calientes, piedras que llegan en los platos, a la mesa, para mantener la temperatura justa.
La propuesta sigue con tiraditos, causas preparadas con papas amarillas del Perú; anticuchos (brochettes); papas, tamales y ensaladas, entre otras opciones de entradas. Después, se puede seguir con una especialidad de Marco, el ají de gallina, con una salsa delicada, muy rica, y arroz graneado, o con el sudado de mero. En todos los casos se puede pedir más o menos fuego, según el paladar de quien lo consuma, sólo hay que aclararle al mozo cómo se quiere el plato. Para despedirse con suspiros, lo mejor es el de la limeña, o una degustación, con picarones, suspiro, cheesecake y volcán. En poco tiempo, habrá brunch los domingos y más novedades, porque ya se sabe, quienes conocen a Jorge se sorprenden si logra quedarse quieto.

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